Una fan convertida en Superestrella
Mucho antes de llegar a WWE, Steph era una fan
apasionada del wrestling y especialmente del entonces ascendente Roman Reigns. Su admiración por el “Tribal Chief” era tan fuerte, que durante su visita a WrestleMania Axxess en 2014, se arriesgó demasiado solo por un momento con su ídolo. Según su propio testimonio:"Casi fui arrestada por intentar conocer a Roman Reigns. Hice cosas que ahora no recomendaría. Pero en ese momento, todo lo que quería era hablar con él."
Aunque no logró su objetivo y estuvo a punto de meterse en serios problemas legales, el destino le tenía preparado algo aún más grande. Años después, firmó con WWE y llegó a compartir vestidor con varias superestrellas, incluyendo a Roman Reigns.
De una anécdota vergonzosa a una carrera exitosa
Steph De Lander fue parte del roster de NXT, donde destacó como Persia Pirotta. Durante su paso por la marca, participó en varias rivalidades importantes y dejó huella con su presencia dominante en el ring. Tras su salida de WWE, continuó su carrera en el circuito independiente, consolidándose como una de las figuras femeninas más activas en la escena global.
Lo más llamativo de esta historia es cómo demuestra que, en ocasiones, los fanáticos más apasionados pueden cumplir sus sueños, incluso si sus inicios no fueron convencionales. La lucha libre está llena de historias únicas, y esta es una más que alimenta el espíritu de superación y amor por el deporte.
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